lunes, 25 de enero de 2016

Qué informar


Divulgar  que por el exceso de oferta mundial, el precio del barril de petróleo venezolano se ha desplomado de $100 a unos $23, mientras que producirlo cuesta unos $ 18.

Informar que el monopolio  de la producción global de alimentos por unas pocas transnacionales y los trastornos climáticos han provocado un aumento brutal del precio de la comida.

Explicar que ninguno de estos cambios es  culpa del gobierno venezolano, sino de megacorporaciones extranjeras enemigas que rigen la economía capitalista.

Exponer que la derecha sólo tuvo un incremento de 4,22% en su votación y que por falta de un sistema de representación proporcional, habiendo obtenido sólo 56,2% de los votos, le correspondió 67% de las curules.

Señalar que no hubo un cambio masivo del electorado hacia la derecha, sino una abstención de grandes contingentes recuperables que antes votaron por el bolivarianismo.

Detallar el enorme esfuerzo que realiza el gobierno para que estén disponibles para el pueblo a precios subsidiados combustible, alimentos y medicinas que a precios de mercado neoliberal serían incosteables.

Comparar los precios venezolanos de alimentos, medicinas y artículos de primera necesidad subsidiados, con los precios  de mercado que se cobra por ellos en países cercanos.

Demostrar que no es el gobierno quien acapara, esconde productos y especula con alzas de precios, sino el empresariado que a veces los compra con dólares otorgados a tasa preferencial.

Publicar las medidas  adoptadas contra comerciantes que acaparan productos y los venden a precios especulativos o hacen contrabando de extracción.

Divulgar la lista de funcionarios que otorgaron dólares preferenciales a empresas de maletín para que los dilapidaran en importaciones fantasmas, el estado de los juicios que se les siguen y las condenas respectivas.

Difundir la lista de empresarios presos por creación de empresas fantasmas y obtención fraudulenta de divisas.

Publicitar la lista de sancionados por el bachaqueo especulativo de productos subsidiados, y la de distribuidores públicos o privados penalizados por entregarles directamente dichos productos.

Exponer las mejoras sociales, económicas, asistenciales, educativas y culturales logradas para el pueblo venezolano, que nos han asignado un Índice de Desarrollo Humano Alto y logrado el Índice de Desigualdad menor en América Latina.

Revelar el sacrificio y la discriminación que han introducido en otros países las políticas neoliberales de privatización de la educación.

Explicar la mortandad por falta de asistencia médica que acarrearía la privatización de la salud.

Rememorar el desastre que el siglo pasado significó para los trabajadores la eliminación neoliberal de las prestaciones sociales, la estabilidad laboral y las indemnizaciones por despido.

Refrescar la memoria sobre la crisis bancaria neoliberal en la cual  los banqueros  robaron la mitad del circulante del país.

Demostrar que la privatización de las industrias estratégicas acarrearía una catastrófica oleada de despidos y la pérdida de la soberanía.

Publicar las cifras reales, basadas en conteos de cuerpos, de los homicidios en el país, y no  cifras infladas por “encuestas” de “percepción” que “perciben” que en 2009 ocurrieron 21.132 homicidios, que produjeron 19.113 víctimas (¿¡!?).

Recordar los operativos de seguridad de fin de siglo, que detenían a todos los habitantes de un barrio para verificar si tenían antecedentes penales.

Dejar de creer que figuración mediática sustituye trabajo político.

Evitar copiar las  atrocidades de los medios comerciales: interrupciones a repetición, interrupciones de las interrupciones, saturación de la pantalla con cintillos, inserciones  y logos chisporroteantes, vulgaridad, sensacionalismo, chabacanería.

No resucitar cadáveres insepultos de la oposición convirtiendo sus necedades en noticias.

Utilizar a plenitud el incomparable y mayoritario equipo de intelectuales y artistas revolucionarios.


Suspender el suicidio de ir inhabilitando a los mejores comunicadores progresistas.

Articulo: Luis Britto Garcia
Fuente:Prensa CBSCR

domingo, 17 de enero de 2016

Los enemigos de Bolívar


1

No hay grandeza sin enemigos. El camino de todo héroe está sembrado de sabandijas. Bolívar desafió las más aguerridas legiones de un Imperio global. Peleó 472 batallas y perdió sólo seis. Casi invencible cara a cara, sus adversarios buscaron herirlo a traición. Recordemos a Vinoni, que entrega Puerto Cabello; al infeliz negrito Pío que intenta matar al Libertador y sólo acuchilla a Amestoy, que reposaba en la hamaca de aquél; a los magnicidas del atentado del 25 de septiembre de 1828 en Bogotá. Tampoco pudieron con él. Tuvieron que asesinarlo en el alma, balaceando a su más dilecto amigo y posible sucesor: Antonio José de Sucre, mariscal de Ayacucho.

2

Pues no hay adversario más leal que el abierto. El Pacificador Pablo Morillo era de cuidado. Venía con sesenta navíos, inmensos pertrechos y 15.000 hombres a sofocar la rebelión del Nuevo Mundo. Había peleado victoriosamente contra Bonaparte. El Pacificador batalló fieramente contra los patriotas, pero también les reconoció gallardamente la valentía. En la entrevista de Santa Ana pudo capturar a Bolívar, que compareció a parlamentar solo y sin escolta, y no lo hizo. No calzan esos puntos los virreyes a quienes Bolívar o sus generales pusieron en fuga. Ninguno fue hijo de sus obras; ni uno solo tenía un proyecto distinto de la eternización del privilegio, ninguno debió sacar ejércitos de la nada para defender instituciones aún por crear.

3

No hay enemigos más dolorosos que los hermanos a quienes la circunstancia enfrenta. Miranda capitula teniendo bajo su mando veinte mil hombres; Bolívar y los patriotas lo detienen para juzgarlo, y en eso los realistas se apoderan de los patriotas y de Miranda. Mucho debió pesar a Simón José Antonio verse enfrentado a aquél hombre deslumbrante, y como él desventurado. Bolívar reconoce que la batalla de San Félix es el más brillante triunfo obtenido hasta ese momento por las armas patriotas, y sin embargo hace ejecutar a Piar, quien intenta dividir las fuerzas o reavivar la Guerra de Colores. El catire Páez quiere separarse de la Gran Colombia, y Bolívar lo aplaca dándose en 1826 un paseo por Caracas acompañado de numerosos batallones. El zamarro llanero espera hasta la muerte física del Libertador para deshacer su obra. Sin embargo, respetuosamente preside la repatriación de los restos del Prócer. Y al final de su autobiografía confiesa que concluye ésta donde debió terminar su carrera política: con la Independencia. Historiadores oficiosos han querido inventar una enemistad entre Bolívar y San Martín; pero éste hasta el fin de sus días en el doloroso ostracismo conserva ante su vista un retrato de Simón José Antonio, quien fallece camino a destierro.

4

Nada de esta grandeza compartieron quienes fingieron estar de su parte para venderlo más fácilmente. Francisco de Paula Santander, general que jamás ganó una batalla, negocia fatales empréstitos que arruinarán la Gran Colombia, niega al Libertador fondos para la Campaña del Sur, e intenta asesinarlo. El infame Pedro Carujo se une a esta conjura, y luego pretende acabar con la Gran Colombia en la conspiración de la Cosiata. Antonio Leocadio Guzmán viaja a la Nueva Granada para incitar a Bolívar a coronarse, y como éste rechaza el proyecto, deviene su acérrimo enemigo. Así como la gloria del héroe crece, disminuye la talla de sus adversarios. Esta enumeración podría seguir indefinidamente en orden decreciente, de no interrumpirla la repugnancia o la lástima.

5

"He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono", escribe Simón José Antonio en su última proclama. Desaparecido físicamente el héroe, quienes lo odiaron detestan su obra. Es adversario de Bolívar quien rechaza la Independencia de América Latina y el Caribe, su integración, la liberación de esclavos e indígenas, la soberanía popular, la democracia, la atribución a la República de la riqueza del subsuelo, la confiscación de bienes de potencias extranjeras, la inmunidad frente a decisiones de tribunales foráneos, la educación abierta a todos, el ejército popular. Es tarea para emperadores o nulidades. Bolívar los perdonó. Olvidémoslos.

6


Exigente empresa es hoy odiar a Bolívar Advirtió Neruda que "estás en la tierra, en el agua, en el aire de toda nuestra extensa latitud silenciosa". Añadió que­: "todo lleva tu nombre, padre, en nuestra morada:/tu apellido la caña levanta a la dulzura,/ el estaño bolívar tiene un fulgor bolívar,/ el pájaro bolívar sobre el volcán bolívar,/la patata, el salitre, las sombras especiales,/las corrientes, las vetas de fosfórica piedra,/todo lo nuestro viene de tu vida apagada,/ tu herencia fueron ríos, llanuras, campanarios,/ tu herencia es el pan nuestro de cada día, padre". Bolívar es ese legado titánico. ¿Cómo borrar a quien está en todo y es todo? A ver quién nos deshereda.

Articulo: Luis Britto García
Fuente: Prensa CBSCR