lunes, 28 de febrero de 2011

Retrato de Bolívar elaborado por Omar Cruz


El artista plástico venezolano Omar Cruz, quien encontró en los archivos históricos de la creatividad una fotografía basada en el rostro del Libertador que plasmó el pintor peruano José Gil de Castro, sobre la cual el mismo Simón Bolívar diría al General Sir Robert Wilson: “Me tomo la libertad de dirigir a Ud. un retrato mío hecho en Lima con la más grande exactitud y semejanza”.

Gil de Castro fue reconocido como uno de los retratistas más importantes de la época ya que frente a su caballete posaron diferentes próceres, celebridades y por supuesto Simón Bolívar. Inspirado en ese lienzo Omar Cruz nos contó que luego de seis días intensos de búsquedas, referencias, similitudes y las descripciones físicas suministradas por personas que conocieron personalmente al Libertador el resultado fue una pieza de arte hiperrealista que pretende acercarnos un poco más con el Libertador Simón Bolívar.

¿Cómo se le ocurrió hacer este tipo de trabajo sobre el rostro del Padre de la Patria?

- Tengo una especie de sana fijación por pintar a Bolívar, es poco lo que puedo hacer para agradecerle lo que hizo por la humanidad, ojalá pudiera hacer más, sin embargo creo que nada será suficiente. Por eso se me ocurrió hacer una pieza diferente a todo lo que se ha hecho. Pensé en una escultura, un cuadro, una composición con materiales diversos, pero finalmente me salió una idea en la computadora, así que hice una especie de foto. Yo no sé si ya alguien se había sentado a ver más de mil fotos para sacar de cada una de ellas los razgos más semejantes a las descripciones físicas que se han hecho de Bolívar y luego aplicarle algunos programas de diseño gráfico en la computadora, pero siempre me he preguntado cómo sería si de repente apareciera alguna fotografía real de Bolívar, estoy seguro que se caerían muchos mitos sobre los diferentes rostros que nos han vendido falsamente, uno de ellos el de la propia Plaza Bolívar de Caracas, cuya cabeza ecuestre nada tiene que ver con la realidad.

¿No cree que por la falta de fotografías en aquella época los pintores jugaron papel determinante para la mitificación actual de los próceres?

- Indudablemente que sí. Aquellos hombres de armas no tenían el tiempo suficiente para posar por largas horas frente a los caballetes, entonces los pintores tenían que recurrir incluso a copiarse de retratos malos. Esa modalidad se ha mantenido desde aquella época hasta ahora y por ello la diversidad en el rostro del Libertador. Lo hemos visto hasta con los ojos azules, catire, de cabello liso y la mayoría de las veces sin bigote, aunque está comprobado históricamente que Bolívar usó bigote durante casi toda su vida. Pero el clásico cuadro del pintor José Gil de Castro es sin duda la mejor referencia que existe, de hecho fue realizado en 1825 justamente cuando Bolívar se cortó el bigote definitivamente. Incluso hay reseñas históricas que lo describen con barba y cabello largo atado atrás estilo cola de caballo. Pero como a los artistas no se les pueden imponer limitaciones de ningún tipo, la libre creación ha logrado que Bolívar tenga mil caras y a veces se olvidan de lo esencial, de su pensamiento.

¿Cuál es la finalidad de esta obra?

- En el marco del bicentenario de nuestra Independencia estoy preparando una exposición con diferentes técnicas y la mayoría de mis piezas refleja la figura de Bolívar. Pienso hacer una serie numerada de impresiones autentificadas en buen formato de este trabajo para quienes estén interesados. En esa búsqueda constante del verdadero rostro me he encontrado con temas muy interesantes, como por ejemplo el mestizaje, la sangre, descendencia e infinidad de descripciones que se han hecho de él. Aunque casi todas coinciden con el mismo Bolívar, indudablemente hay detractores de su obra que lo pintan como lo que nunca fue. Otros lo endiosan tanto que lo desproporcionan totalmente y aunque el arte nos permite la libertad de crear figuras alejadas de la realidad no podemos desvincular una cosa de la otra. Pienso que por encima de lo superficial, de lo físico, está el alma, está la obra y allí sí es verdad que no existe detractor que pueda manchar la grandeza de un hombre como Bolívar. Quizás esta foto no sea de gran interés y puede que hasta caiga mal a muchos, pero al menos está allí con la intención de ayudar un poco a comprender a ese hombre de carne y hueso que aún sigue haciendo tanto por nosotros, pues lo físico de Bolívar ya desapareció totalmente, pero su espíritu cabalga en cada rincón del mundo donde se sueña con una Patria mejor.

¿Tiene algún otro proyecto sobre Bolívar?

- Bolívar da para todo, él motiva a crear proyectos cada día. Millones de cosas en el mundo llevan su nombre. Tengo un proyecto engavetado porque aquí no hay la suficiente cultura para las comiquitas o la historieta. Se trata de la vida de Bolívar en dibujos animados, pero lamentablemente tendremos que esperar mucho tiempo para ver algo como lo que he soñado. Aquí la gente gasta millones de bolívares por ejemplo en una publicidad que en definitiva pasa de moda, pero es incapaz de invertir en una producción de comiquitas, pues la considera carente de penetración y allí es donde está el mayor error, nada queda más grabado en nosotros que las comiquitas, de hecho cada persona en el mundo se ha identificado alguna vez con un personaje de comiquita, pero bueno… tendremos que seguir esperando que esas personas tomen conciencia.

¿Qué reacción cree usted que tendría Bolívar si volviera en estos tiempos?

- Creo que tendría la misma reacción apasionada y libertaria de su tiempo. No creo que sería diferente, aunque al encontrarse con tanta tecnología haría cosas más grandes y hasta conquistaría y liberaría nuevos mundos. Imaginarme a un Bolívar con una computadora, con estas nuevas armas bélicas, con estos novedosos medios de comunicación, su estrategia sería asombrosa. No existiría imperio alguno que pudiera con su genio. Si el Bolívar de hace 200 años atrás pudo adelantarse a su tiempo no hay dudas de que Bolívar hoy cambiaría el curso total del mundo, incluyendo hasta el cambio climático, pues se impondría la autoridad de su pensamiento y la sociedad sería más humana y tendría más conciencia. Nos queda el compromiso de estudiar en profundidad a nuestro Libertador para poder comprender el futuro de nuestra patria, quedarnos con lo artificial, con lo físico, con el mito y la utopía sería “arar en el mar” como él mismo lo pensó tantas veces en sus delirios.

Debemos ser bolivarianos por conciencia y no por los clichés impuestos por detractores de la historia o politiqueros de oficio que lejos de resaltar la inmensa figura del gran Simón Bolívar lo deshonran ejerciendo a la perfección lo que nuestros próceres trataron de exterminar con su espada libertaria. La corrupción, la burocracia y la falta de autoridad no se pueden esconder guindando un cuadro de Bolívar o de cualquier otro prócer de nuestra Independencia. No se trata de colgar un cuadro con su imagen, sino de saber qué es lo que realmente estamos colgando y haciendo.

Fuente: Aporrea

No hay comentarios:

Publicar un comentario