Díaz Rangel, presidente fundador de la Federación
Latinoamericana de Periodistas, dijo a Página/12 que la oposición comete un
error al desconocer la juramentación de Maduro y que en el país hubo clima de
golpe de Estado.
Eleazar Díaz Rangel dirige el periódico Ultimas Noticias, el
de mayor circulación en Venezuela: vende 180 mil ejemplares de lunes a sábado y
320 mil los domingos. El diario fue fundado en 1941 y es considerado un
tabloide popular, que trata de tener una línea editorial equidistante, si bien
es cierto que en la calle algunos lectores lo perciben como cercano al
oficialismo. Díaz Rangel, presidente fundador de la Federación Latinoamericana
de Periodistas, dijo a Página/12 que la oposición comete un error al desconocer
la juramentación de Maduro y que en el país hubo clima de golpe de Estado.
–¿Como evalúa el rol de los medios en esta campaña?
–El papel de la mayoría de los medios fue en favor del
candidato de la oposición, pero ha sido la conducta de los últimos diez años.
Buena parte de la fuerza de la oposición está en el mensaje mediático antes que
en la estructura de partidos. Los medios son su pieza fundamental.
–Desde 2002, el gobierno ha impulsado una red de medios
públicos, ¿no contrarrestan a los privados?
–Yo creo que han fracasado. Por ejemplo, hay 200 emisoras
radiales comunitarias en el país y nadie sabe su eficiencia ni hasta dónde
llegan con las audiencias. Algunas compiten con las radios privadas, pero es un
espacio desaprovechado. La mayoría de las emisoras son antigubernamentales y
comentan las opiniones de la prensa antichavista. Hay un desbalance como
consecuencia de la falta de capacidad de los medios del Estado, que no tiene
nada que ver con los recursos ni con lo técnico.
–¿También el canal Telesur?
–Telesur cumple un rol importante para saber lo que ocurre
en América latina. En relación con la información nacional, no compite con
otros canales. Venevisión y Televen son los más vistos, concentran el 70 por
ciento del audiencia. Antes eran antigobierno, después del referéndum del 2004
fueron más equilibrados y ahora volvieron a tener un sesgo favorable a la
oposición, posiblemente porque vieron en la ausencia de Chávez la posibilidad
de que ganara Capriles.
–Globovisión es marcadamente opositor y su presidente,
Guillermo Zuloeaga, afirnó que vendió el canal porque, según dijo, se ha
“vuelto inviable económica y políticamente”.
–Globovisión tiene una audiencia del 8 por ciento, la misma
que Venezolana de Televisión (VTV), que es un canal del Estado, uno es
totalmente a favor de la oposición, el otro a favor del Estado. Globovisión
tiene mucha llegada a los sectores de clase medida. Zuloaga vendió una parte
significativa de las acciones, alrededor del 50 por ciento, a un grupo de una
compañía de seguros. Los nuevos dueños no anunciaron cómo va a ser el canal, ni
se han visto cambios, imagino por lo convulsionada que está toda la situación
ahora en el país. A mí me dijeron que no van a cambiar la política editorial,
van a ser críticos pero sin caer en excesos.
–Usted apoyó el recuento de votos y, al mismo tiempo, dijo
que el resultado es irreversible. ¿No ve en esto una contradicción?
–Si bien los resultados van a ser ratificados y no hay por
qué dudar de un sistema que realiza 14 auditorías antes de la elección y una
posterior, del 54 por ciento del sufragio, pienso que es lo mejor dada la
reacción que generó la oposición al denunciar un fraude y ante los ocho muertos
del chavismo. Me parece que es lo mejor por razones políticas.
–¿Qué consecuencias puede acarrearle a la oposición no
reconocer la legitimidad de Maduro?
–Es un error porque la oposición, al empecinarse en
desconocer a Maduro, podría poner en juego su propia legitimidad y buena parte
del éxito de esta elección y de la de octubre, cuando Chávez superó a Capriles
por seis millones de votos.
–Se habla de intento de golpe de Estado, ¿usted cree que es
posible dada esta circunstancia?
–Maduro dijo que había derrotado el golpe y esto es
importante. Los dos últimos golpes que se dieron en la región no siguieron con
la norma de la intervención militar. Zelaya fue sacado del poder en Honduras
por la vía entre comillas constitucional, avalada por el Tribunal Supremo y el
Congreso. A Lugo, en Paraguay, le hicieron un golpe parlamentario. Maduro
alertó sobre el clima de deslegitimidad que se estaba creando que apuntaba a
aislarlo a él. Hay elementos parecidos al golpe de 2002: la gran manifestación
a la que convocó Capriles para ir al CNE –y que después suspendió– podría haber
generado una situación imprevisible. A esto se suma la presión de Estados
Unidos y la campaña de los medios. Yo creo que se estaba a las puertas de este
nuevo tipo de golpismo disfrazado.
Artículo: Mercedes Lopez San Miguel
Fuente: Diario Pagina 12