lunes, 21 de marzo de 2011

El Dolor de la guerra


Una vez más en un ágora de ambiciones y codicias se decide la muerte de un pueblo.

Articulo: Yury Weky

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha autorizado el uso de la fuerza contra el régimen de Muamar el Gaddafi. El motivo no es la confrontación entre los opositores y los afectos al líder, es simplemente porque en Libia hay petróleo, su gobierno tiene una postura critica frente al Imperio y es miembro de la OPEP. Diríamos que es también una agresión a la OPEP. Es sin duda una amenaza a todos sus paises miembros. Tienen lo que le falta al devorador del norte.

Con dolor profundo en mis entrañas escucho la resolución de la ONU. Un nuevo pueblo para saciar la sed de la bestia que se retuerce moribunda y necesita con urgencia inyectarse de genocidio. Ahora le ha tocado a Libia. Unas cien o mil bombas, qué importa? El botín lo justifica. Las deterioradas economías de Europa y Estados Unidos se recuperarán con el petróleo libio, pero también con el exterminio de la población .

El consejo de la seguridad de la ONU, que podemos leer los consejeros para la inseguridad en el planeta, no los motiva otra cosa que apoyar complaciente las políticas de los Estados Unidos para la apropiación de las riquezas de territorios que no puede dominar el Imperialismo guerrerista y genocida. Nada importa que los pueblos lloren, sufran o se retuerzan entre el polvo del dolor . Reflexionemos: Mientras una columna de humo se eleva del reactor 3 de la planta de Fukushima, España tiene su primera incursión en el país norafricano : dos aviones caza F-18 despegan de la base militar italiana de Decimomannu (vecina a Cagliari). Italia , el gobierno de Berlusconi, cede la base militar que permitirá las operaciones guerreristas.

En tanto que Japón sufre de hambre y sed los consejeros para la inseguridad del planeta se preocupan por acabar con Libia. ¿Por qué no los mueve la tragedia de Tokio? Allí escasean la comida, el agua, el combustible, las medicinas y están a temperaturas invernales ; la gente ha muerto , los animales, las plantas , la fauna. Hay desolación y desesperanza ante una catástrofe nuclear.

Desde el 11 de marzo el pueblo japonés vive la muerte y desde el 18 el pueblo libio la espera con certeza.

No puedo evitar este desasosiego que me produce la guerra, esta finitud que presiento del planeta. No puedo ahorrar las lágrimas, el desconsuelo ante la hipocresía; la resolución se adopta porque “la comunidad internacional no tolera las violaciones sistemáticas de derechos humanos “. ¿ Dónde estaba esa comunidad internacional desde 1898 hasta nuestros días cuando la sangre ha recorrido por Filipinas, Japón, Corea. Guatemala República Dominicana, Vietnam Camboya, Islas Malvinas , Grenada , Nicaragua, Honduras, Haití ,Puerto Rico , Méjico Irak, Afganistán. Yugoeslavia, Hawái, Uruguay, Grecia la misma Libia en 1981 y tantos otros países por la injerencia de Estados Unidos?

No es suficiente que Rusia, China, la India y Brasil se hayan abstenido en al votación. No es suficiente para impedir la matanza, no es suficiente para tranquilizar la conciencia.

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