Me voy a referir a una categoría que tiene una importancia central en la construcción de socialismo y que en si misma tiene un valor que pocas veces analizamos, al menos en lo cotidiano, me refiero al trabajo.
La religión judeocristiana se encargó de trasmitirnos la noción de que el trabajo respondía al castigo divino que en el Edén Dios le impuso a Adán y a través de él a toda la humanidad de tal manera que es un hecho cultural que así lo consideremos; por otra parte el modo de producción capitalista con el taylorismo se ocupó de fragmentar el trabajo de tal manera que los trabajadores perdieron todo el control del hecho productivo favoreciendo la alienación del trabajador frente al trabajo lo cual lo despega de él y refuerza la concepción de castigo.
Aunado a estos hechos concretos, el impulso del consumismo como base para crear falsas necesidades acarrea la presión de hacer riqueza y no precisamente a través del trabajo que es la genuina fuente de riqueza, de allí la compulsión de nuestro pueblo a los juegos de azar y a todo lo que nos “promete” riqueza fácil.
El trabajo o más bien la fuerza de trabajo aplicada a las materias primas para su transformación es la verdadera fuente de riqueza, que en el capitalismo se la apropia, indebidamente, el patrono que funge como dueño de los medios de producción y le compra su fuerza de trabajo a hombres y mujeres.
El pueblo bolivariano debe ser cada día más un pueblo trabajador que combata el facilismo, el paternalismo, el consumismo, que asuma que como clase trabajadora tiene un rol histórico en la conducción de la revolución y debe asumir el trabajo como un valor socialista e incorporarse activamente a las discusiones que conllevan a la construcción del control obrero que abre el camino contra la fragmentación del trabajo y su alienación.
El desarrollo de nuestras fuerzas productivas con una participación protagónica de trabajadores y trabajadores será el camino seguro para la construcción del socialismo.
Patria socialista o muerte…¡venceremos!
Fuente: PSUV
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