viernes, 1 de abril de 2011

MUCHO POR HACER CONTRA LOS PROCESOS DE NEO-COLINIZACION MILITAR

Notas tomadas de una conferencia con Mireya Fanon

Articulo: Ingrid Chicote


Mireya Fanon tiene voz propia en la ONU y defiende la autodeterminación de los pueblos. Es hija de Frantz Fanon quien fuera el autor de “Los condenados de la tierra”, libro que fue traducido inmediatamente a diecisiete idiomas (y sigue reeditándose). Fue un libro clave para Ernesto Che Guevara, para los Blacks Panters y, en general, para todos cuantos intentaban derrocar a un gobierno por la fuerza de las armas (o bien eran solidarios con ellos). Pero también fue una lectura fundamental para la Internacional de Resistencia a la Guerra y para multitud de grupos no violentos, conscientes de que era un libro fundamental sobre lo que llama la violencia espontánea.

Mireya Fanon viajó a Venezuela el pasado 12 de Julio del 2010 y se presentó en las instalaciones de la Aldea Bolivariana de Cagua en el marco del IV Encuentro Internacional de Filosofía que tenía como tema principal “La historia como herramienta transformadora de los pueblos”. Asistí a su conferencia y estas notas que transcribo fueron tomadas mientras que ella exponía la importancia de la resistencia de los pueblos del mundo en la obtención de su derecho de autodeterminación en consonancia con la diversidad y el respeto a los mismos.

Todos los pueblos del mundo que se exponen a obtener en sus prácticas político-económicas el derecho de autodeterminación dentro de sus gobiernos nacionales se ven amenazados por el poder militar de los Estados Unidos que se ha organizado en nuevas formas de colonización que van desde las plataformas comunicacionales hasta las invasiones militares, como ocurre en África en estos momentos.

Todos los pueblos son víctimas de la globalización que impone el imperio y sin embargo siguen luchando por el derecho de autodeterminación: el derecho a ejercer el sistema político de la administración de sus recursos naturales y humanos.

Desde África a América se viola permanentemente este derecho, basados en la tesis neoliberal que expresa que hay que tener cuidado con los pueblos que buscan su derecho a la autodeterminación porque son muy peligrosos.

Las doctrinas capitalistas neoliberales y militaristas han sido organizadas para mantener el poder en contra de los países que buscan conseguir sus propios modos de convivencia económica y social, sobre todo cuando se impulsa el crecimiento de los mismos al margen de las políticas del FMI y del Banco Mundial.

Los países imperalistas enarbolan las banderas del control contra el terrorismo y de la lucha contra la corrupción como excusas para intervenir en los destinos de los pueblos que buscan su independencia política. (Como es el caso de Libia y de los países árabes)1.

Al parecer el rol de los No Alineados, de la OTAN, de la ONU en el marco de sus celebraciones históricas es la redistribución completa del mapa mundial para mantener el poder hegemónico contra las naciones que van insurgiendo en las nuevas formas de hacer sus políticas interiores.

Los No Alineados en lugar de luchar contra las políticas militaristas que apoya la ONU y la OTAN, se han convertido en cómplices de sus argucias para mantener el estado de terror en todo el mundo y justificar los atropellos que se hacen en contra de todas las naciones que no se arrodillan ante ellos. Son expertos en aplicar las políticas del miedo.

Los países pertenecientes a la OTAN no han sido castigados por sus crímenes de guerra y continúan ejecutando sus políticas terroristas. Ejemplo de ello es lo sucedido en Sudan donde se ejercieron políticas coercitivas contra el derecho de autodeterminación de ese pueblos, que sigue siendo y será un derecho inalienable.

Palestina, sumida en el más profundo silencio internacional, ha sido víctima de las relaciones de fuerza entre los países interesados por el territorio que ellos ocupan, a pesar de las protestas de ciudadanos en contra de la absurda situación de guerra que ellos viven. El oriente africano arde de bombas y armas de guerra impuestas por el poder imperialista.

Todo pueblo tiene derecho a ser diferente y plural, a organizarse políticamente según sus intereses nacionales y sobre todo a expresar sus modos de convivencia, a través de sus propios productos culturales, que cada pueblo ha aceptado para emprender su propio destino emancipatorio.

Cuando se lucha en la oposición de fuerzas se está luchando por un equilibrio y cada pueblo tiene el derecho a organizarse para obtener una correlación de fuerzas para que se pueda profundizar una nueva reconstrucción del mundo a partir de una visión más humanista y de relaciones de mayor solidaridad.

Queda mucho por hacer por el trabajo de emancipación si queremos vivir en un mundo de respeto, de dignidad y de diversidad.

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